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miércoles, 6 de junio de 2012

Tránsito de Venus, 5 de junio




Uno de los eventos astrónomicos más esperados de los últimos tiempos ocurrirá este 5 de junio cuando Venus pase entre le Tierra y el Sol. Este evento, conocido como el tránsito de Venus, no volverá a ocurrir hasta el 2117. Al menos de que los sueños nanotecnológicos del transhumanista Ray Kurzweil se hagan realidad, está será la última vez que tu y yo observemos a Venus pasar por el Sol.
Aunque el pasado tránsito de Venus ocurrió apenas en el 2004, en esa ocasión no generó tanta atención, seguramente porque en ese caso no se tenía que esperar 105 años para volver a Venus, como una canica negra, cruzar el Sol, en una especie de mini eclipse. Contribuye a la expectativa el hecho de que esto ocurra en el 2012, un año fértil si los hay en especulación cósmica sobre los significados de las alineaciones planetarias.
En un período de 243 años tienen lugar 4 tránsitos, con un intervalo de más de 100 años seguido por uno de 8 años y así sucesivamente. Sólo Venus y Mercurio, por orbitar al Sol más cerca que la Tierra, presentan este fenómeno de tránsito desde nuestra perspectiva.
El tránsito de Venus durará siete horas, iniciando a las 17:06 horas del centro de la Ciudad de México (22:06 GMT) y podrá observarse en todos los continentes del planeta, pero con diferencias, siendo Europa uno de los que menos podrán disfrutar de este fenómeno (aunque podrá presenciar el final en el amanecer) y Australia, el Pacífico Oeste, y el Este de Asia los lugares privilegiados que podrán observar la totalidad del fenómeno. Este video de la NASA explica la historia del tránsito solar de Venus, el cual históricamente ha sido utilizado para intentar estimar el tamaño de los planetas, y ofrece  información y tips para observarlo.
Un pequeño punto negro sobre la faz del Sol generar una enorme atención y es que ese pequeño punto negro es también el planeta del amor y de la luz (el llamado “lucero del amanecer” (y también del atardecer), la “estrella” más brillante del firmamento, asociada tanto a Cristo, “el hijo de la mañana” como a Lucifer, “el portador de la Luz” y a Queztalcoatl, el hombre-astro que partió hacia el mar prometiendo regresar). Toda esta mitología contibuye a generar una energía especial.
Científicos recomiendan no ver directamente al Sol para observar el tránsito, buscar algún tipo de filtro u observador solar para seguir en vivo este fenómeno, excepto en el caso del crepúsculo, cuando el Sol está cerca del horizonte, momento en el cual se puede mirar directamente con menor riesgo.
Diferentes medios transmitirán en directo el evento, incluyendo el canal 22 de México. NASA realizará una transmisión desde la cima del Mauna Kea, en Hawai.  La cámara espacial Slooh también dará cobertura al evento. Incluso existe un app para iPhone que te permite seguir y grabar este fenómeno casi único. El astronauta estadounidense Don Pettit, tripulante de la Estación Espacial Internacional, se convertirá en el primer humano en ser testigo y fotografiar el tránsito desde el espacio, que compartirá casi en tiempo real (Petitt tiene un excelente ojo fotográfico –o cuenta con una fabulosa tecnología– como demuestran estas fotos).  Y, como todos los grandes eventos astronómicos, podrás también seguirlo con nosotros en esta página desde las 17:00 pm hora de México.
El equipo de noticias Future News Network reporta en este video del futuro que el tránsito de Venus por enfrente del Sol generó en la Tierra “un orgasmo global” y una “orgía de telepatía”, la misma conductora rusa (o seudorusa) participó en este ardiente ferensí provocado por la simulada influencia del “Planeta del Amor”.
Aunque esta información es emitida como una broma cósmica retrofuturista, muchas personas, especialmente dentro de lo que podemos denominar el “Internet New Age”, creen  que esta alineación tiene un significado mayor al de una simple curiosidad científica de interés general y con un atractivo estético.
El arqueastrónomo de la UNAM, Jesús Galindo Trejo, plantea la hipótesis de que los mayas registaron esta fecha en una pintura mural en la Sala de los Frescos de la ciudad de Mayapán, sugiriendo que el tránsito de Venus marcaría el verdadero fin de la cuenta de 5126 años del 13 baktun. Es decir, este 5 de junio sería el verdadero 21 de diciembre del 2012,  al menos en cuanto a la proyección semántica de una revelación (apocalipsis) o fin de era y comienzo de una nueva. Habría que decir que no existe información que corrobore lo propuesto por Galindo, que los mayas registraron a futuro esta fecha o que es el fin del calendario. Galindo, sin embargo, propone observar este fenómeno astronómico desde las ruinas de Mayapán.
Numerosos videos y posts circulan la blogósfera mencionando este tránsito venusino como el supuesto regreso de Quetzalcoatl (Kukulkan en maya). Este mítico héroe (que algunos consideran un dios encarnado y otros una escuela de conocimientos ocultos, similar al hermetismo egipcio), está asociado fundamentalmente con el planeta Venus, tanto como estrella del alba como  en su manifestación de Xólotl, estrella de la tarde. Siguiendo las creencias new age de que el 2012 es una especie de parteaguas planetario en que se inicia un nuevo ciclo, se ha difundido una idea, más poética y simbólica que basada en cualquier tipo de información comprobable, que sostiene que Quetzalcoatl, cual Cristo al final de los tiempos, regresará para implantar un nuevo reino, aquel del cielo en la tierra (el pájaro serpiente une los mundos). Para añadir al cóctel, este raro tránsito de Venus ha sido investido con el fantasioso epiteto del “retorno de Quetzalcoatl”.  Y en la profusión de teorías que caracteriza al new age también ha surgido la versión alternativa de que esta fecha marca el regreso del divino femenino –siendo que Venus simboliza también a la Diosa Madre: Isis, Ishtar, Afrodita, Asherah, etc.
Más allá de esta siempre divertida y muchas veces enajenante especulación mística o seudomística, no hay duda que este atardecer tendrá una dosis especial (Venus como si fuera una estrella negra de LSD en el Sol). Recordemos, ya un poco inspirados, el poema de Octavio Paz, “Piedra de Sol” compuesto de 584 versos endecasilabos, espejo de los 584 días del ciclo sinódico de Venus (la órbita de Venus  al Sol relativa a la Tierra). Curiosamente esta órbita de 584 día de Venus se relaicona con la Tierra en un radio de 5:8; 5 veces el periódo sinódico de Venus  (5 x  584 ) es 2,920 días. Si se divide 2,920 entre 365  se obtiene 8. Recordemos que el tránsito de Venus ocurre cada 8 años, después de ausentarse por un período de más de 100. Mientras que la Tierra da 8 vueltas al Sol, Venus da exactamente 13; hay un orden matemático celeste, que fue ciertamente registrado por los pueblos mesoamericanos, para quienes Venus fue fundamental en su ritos calendáricos.
Regresemos a la Piedra de Sol, que para nuestra actualidad es justamente Venus, una piedra que atraviesa el Sol.  El poema de Paz es un eterno retorno, un presente perpetuo, que acaso resuena hoy, en esta vuelta venusina, con mayor fuerza y luminosidad. Algunos fragmentos especialmente significativos:

los árboles ascienden, el espacio
sólo es luz y silencio, sólo espacio
abierto para el águila del ojo,
pasa la blanca tribu de las nubes,
rompe amarras el cuerpo, zarpa el alma,
perdemos nuestros nombres y flotamos
a la deriva entre el azul y el verde,
tiempo total donde no pasa nada
sino su propio transcurrir dichoso[...]

no pasa nada, callas, parpadeas
(silencio: cruzó un ángel este instante
grande como la vida de cien soles),
¿no pasa nada, sólo un parpadeo?[...]

señora de semillas que son días,
el día es inmortal, asciende, crece,
acaba de nacer y nunca acaba,
cada día es nacer, un nacimiento
es cada amanecer y yo amanezco,
amanecemos todos, amanece
el sol cara de sol[...]

el sol entraba a saco por mi frente,
despegaba mis párpados cerrados,
desprendía mi ser de su envoltura,
me arrancaba de mí, me separaba
de mi bruto dormir siglos de piedra
y su magia de espejos revivía
un sauce de cristal, un chopo de agua,
un alto surtidor que el viento arquea,
un árbol bien plantado mas danzante,
un caminar de río que se curva,
avanza, retrocede, da un rodeo
y llega siempre:


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