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martes, 8 de marzo de 2011

STOP MICROONDAS = CANCER

Desde su aparición que el microondas ha sido un electrodoméstico tan exitoso como controvertido. Ahorra tiempo a aquellos que no tienen tiempo para cocinar calentando alimentos en muy poco tiempo, pero mediante un mecanismo que muchos han tildado de perjudicial para la salud. Y aún a día de hoy unos siguen insistiendo en lo inofensivo de su mecanismo y otros en que puede producir enfermedades tan graves como el cáncer. Hoy ponemos sobre la mesa algunas teorias de unos y otros, y cada uno que decida.


El problema de una fobia anti-microondas es que podría acabar siendo una fobia hacia todo lo que nos rodea. Y es que, a parte de ser el nombre de un electrodoméstico, las microondas también son las encargadas de, por ejemplo, permitir que hablemos por el móvil, veamos la televisión o escuchemos la radio. De hecho, sus ondas se emiten a una frecuencia adaptada para que no interfiriera en las de este último aparato. Sí, dicho así da mucho miedo, y por eso explicaremos muy por encima su funcionamiento.


Las ondas del microondas lo que hacen al entrar en contacto con el alimento es, a groso modo, crear un campo electromagnético que cambia de polaridad muy rápido. Este campo tiene mucha influencia en algunos de los elementos que componen los alimentos, sobretodo en el agua. Así pues, las moléculas del agua empiezan a cambiar de polo tan de prisa que, por fricción, acaban por calentarse. Así es como se calienta un alimento, y por eso jamás se calienta el recipiente que lo contiene.




Dicho esto, podemos deducir que las posiciones a favor y en contra se establecen según dos teorías. Una defiende que este proceso altera la composición molecular del alimento y la otra que las moléculas se calientan por sí solas cuando cambian de polaridad, por lo que no existe influencia externa ni mutación de ningún tipo (lo que se conoce como “radiaciones no ionizantes”). A partir de ahí, surgen dos líneas de opinión, cuyos argumentos esenciales os describiremos brevemente:


- A favor: Entre los argumentos a favor se ha llegado a afirmar que las microondas no sólo no son perjudiciales, sino que además permiten un menor deterioro del alimento que métodos más convencionales. Se dice incluso que se están haciendo pruebas para que sean usadas en el proceso de pasteurización de la leche. Uno de los argumentos más creibles, pero, es uno irrefutable: el microondas lleva usándose más de medio siglo y aún no se han podido demostrar sus efectos nocivos. No hay víctimas del microondas, o al menos no las hay oficialmente.




La variedad de productos pensados para calentar en el microondas hoy en día es abrumadora


- En contra: Los argumentos en contra son mucho más variados y a menudo van bajo el nombre de estudios científicos, aunque en la mayoría de casos las fuentes que exponen los resultados no parecen muy fiables. El más famoso, pero, tiene mucha lógica. Está demostrado que el microondas calienta de forma desigual, con lo cual se generan puntos fríos y puntos calientes en los alimentos (es decir, mientras una parte de éste quema, la otra sigue fría). A menudo los consumimos tal cual, sin pensar que estos puntos frios pueden contener bacterias que, al no calentarse, no han sido debidamente eliminadas. Por una razón parecida se recomienda no calentar el biberón de un bebé en el microondas. Otras teorías, más relacionadas con la mutación molecular, hablan de alteraciones en la sangre o de efectos cancerígenos a largo plazo.


La controversia del microondas sigue a día de hoy sin resolver. Igual que la de las ondas de la telefonía móvil que, por lo que vemos, es más de lo mismo. La comunidad científica no se pone de acuerdo y el tema está bastante silenciado mediáticamente, así que sólo nos queda exponeros lo que hay. La decisión, como decíamos, es vuestra.

Foto: Microondas por Franklin Dattein y 32:3SIX5/2.1.09 por pdxchris79 en Flickr.com.

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