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lunes, 19 de septiembre de 2011

¿Cómo tratar a los perpetradores de la Oscuridad? – Un llamado a la Acción


A lo largo de mi vida, y en diversos grados, YO, al igual que otras personas sensibles, he sentido el miedo colectivo, el dolor y el sufrimiento en el planeta que sienten los seres humanos, así como los animales y la naturaleza.
Todas las personas, todos los animales, todas las plantas, todos los árboles. Hay tanto dolor, tanto sufrimiento, tanta violencia. Los siento y los oigo todos. Cada minuto de cada día. Nunca se detiene. No puedo soportarlo. Y cada vez es más fuerte a medida que la élite usa todas sus herramientas para aumentarlo.
Esos hombres y mujeres que trabajan en los mataderos, los que talan los bosques, los que extraen el petróleo y destruyen nuestro medio ambiente, los creadores de las guerras. Aquellos hombres y mujeres que torturan y matan a millones de personas, animales y árboles cada día. Aquellos que piensan que los animales y los árboles no sienten dolor, miedo y terror, o disfrutan de la idea de causarlos. Aquellos que envían ataques psíquicos y físicos a los demás.
Hace años, tenía un pastor alemán, y un día su pata se quedó atrapada en una puerta de metal al lado de mi casa. Cuando llegué a casa, el perro sentía un intenso dolor mientras luchaba por liberarse, y agredía a cualquiera que trataba de acercársele.
Me acerqué a él y lo sostuve con firmeza, para liberar su pata. Tuve que poner mi brazo entre su cara y la puerta. Mientras hacía esto, me mordió profundamente en el brazo izquierdo: le había liberado la pata, y le dolía aún más.
Una vez liberado todavía sentía mucho dolor, y trató de morderme de nuevo. Le mantuve la boca cerrada, y lo empujé al suelo con firmeza, como queriendo decirle (en lenguaje de perro) que eso no estaba bien. Se calmó y lo solté, sabiendo que ya no mordería a los que le rodeaban. En el momento en que "cambió", ambos sabíamos que había terminado. Aunque todavía sentía dolor, se calmó y mostró que "sentía" lo que había ocurrido.
Como dijo Bill Ryan en nuestro artículo: "¿Cuál es la moraleja de la historia? Los seres humanos también estallan en ira y violencia, porque sienten un gran dolor y mucho miedo."
Me gustaría tener a todos en mis brazos. A todos. Me gustaría mostrarles que son amados, y que están seguros. Todos los asesinos, los violadores, todos los carniceros de las focas, ballenas y delfines, todos los trabajadores sedientos de sangre en los mataderos, los creadores de las guerras, todos los seres involucrados en los ataques psíquicos. Y todas aquellas personas que, en su dolor y miedo, arremeter contra mí personalmente, a través de Internet con odio e ira, palabras venenosas y amenazas de muerte.
¿Cómo podemos llegar a aquellas personas que tienen sus “patas” atrapadas en las puertas del dolor y del sufrimiento, del miedo y la angustia, que arremeten contra todos a su alrededor? A aquellas personas que han vivido así durante tanto tiempo, que comienzan a encontrar placer en el sufrimiento de los demás.
No se trata de quién es el culpable. Sí, somos responsables de minimizar el dolor y el sufrimiento de los demás a través de nuestras acciones. Podemos comer la carne de las granjas pequeñas, de los productores orgánicos que aman a sus animales. Sí, podemos comprar muebles de madera de fuentes renovables, ropa de las fábricas que no explotan a la gente. Pero, ¿qué podemos hacer por los autores del miedo y del dolor? Podemos mantenerlos en nuestro campo de luz, y permitir que Gaia haga su trabajo. Como una "singularidad" – Yo soy una sola persona. Pero NOSOTROS somos muchos.
Si dedicamos 10 minutos al día y colocamos a estas personas dentro de nuestra luz colectiva, esto puede significar un gran cambio para ellos y para nosotros mismos. Después de los 10 minutos, centrémonos en la compasión y el amor de los millones de trabajadores de la luz y los guerreros de la luz alrededor de todo el planeta, nuestros hermanos, de esta forma aumenta nuestro poder colectivo – y hacemos que cada uno de nosotros esté más capacitados para llevar a cabo el trabajo colectivo.
Yo también siento el amor, la luz y la compasión de miles de millones de personas en todo el mundo. Todos aquellos padres que aman profundamente a su bebé recién nacido, todos aquellos que ven a nuestra Madre Tierra con asombro al sentir su poder y compasión. También siento a millones de trabajadores de la luz y guerreros de la luz que hacen acciones diarias de amor desinteresado y compasión para llevar la luz a los demás y al planeta. Por cada asesino hay 10 sanadores, por cada persona que abusa de los animales, hay miles de animales que tienen respeto e igualdad. Por cada creador de guerra, hay millones de personas como nosotros que no están de acuerdo con ese juego en particular.
Si yo no hubiera sentido la LUZ, no estaría viva hoy día. La Madre Tierra hace la llamada para ayudar, y nosotros, todos nosotros, somos la respuesta a esa llamada.

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